Tineo instalará otro parque heólico de 38 molinos de viento

Sierra de Ablaniego producirá 49,4 megavatios y será el tercer parque eólico del concejo, que suma ya cerca de 60 torres
La Consejería de Medio Ambiente ha dado el visto bueno a la ejecución del parque eólico Sierra de Ablaniego, un complejo de 38 torres de 80 metros de altura promovido por la empresa Northeolic, responsable de los dos asentamientos que ya funcionan en el concejo, Pico Gallo y Sierra de Tineo, que suman casi 60 molinos. No obstante, la declaración de impacto ambiental favorable publicada ayer en el Boletín Oficial del Principado (BOPA) introduce modificaciones al proyecto presentado en 2002 para evitar afecciones al entorno y patrimonio arqueológico existente en la zona de Cereizal en la que se ubicará el parque, que tendrá una potencia instalada de 49,4 megavatios.
Así, la línea de evacuación deberá ser subterránea y su canalización aprovechará los viales de acceso al parque que, en algunos casos, coincidirán con caminos de uso ganadero ya existentes. De hecho, el documento establece que el tendido «nunca afectará a las laderas vertientes de la cabecera del valle del río Navelgas; es decir, nunca por debajo de la cota o curva de nivel a la que discurren esos viales».
Daños al patrimonio
Este requisito, que reducirá el impacto paisajístico del parque, obliga a construir una nueva estación transformadora, que se encontrará en el parque de Ablaniego.
El documento ambiental también modifica la ubicación de algunos molinos por estar «inmediatos o sobre diferentes elementos catalogados del patrimonio cultural de Asturias». Estas circunstancias fue ron advertidas por el Partíu Asturianista en las alegaciones presentadas durante el período de información pública del proyecto: «La propia empresa califica el impacto del parque como severo y algunos apoyos se sitúan sobre yacimientos como el túmulo de La Muria», dijo la agrupación.
La promotora también deberá atender a la presencia de especies salvajes, como lobos u osos, y adoptar las medidas oportunas para evitar daños al suelo y los recursos hídricos. Ajustándose a la norma, «la implantación del parque, dejando a un lado su impacto visual, que es el que en mayor grado resulta perceptible al ojo del observador, respetará en gran medida el entorno que lo acogerá», afirma la Consejería de Medio Ambiente.