jueves, 4 de marzo de 2010

La finalización del tramo Salas-La Espina dependerá de las veces que sea necesario detenerlo por las precipitaciones

La lluvia se ha convertido en el principal obstáculo para el avance de las obras en la primera calzada del tramo de la autovía Salas-La Espina a la altura del núcleo de Porciles, uno de los puntos negros de la autovía en el suroccidente, a causa del desprendimiento de la ladera contigua al trazado. Ayer, y a causa de las últimas lluvias registradas, no había ni rastro de actividad en la zona. Los operararios ya tuvieron que interrumpir las labores el pasado mes de febrero por culpa de la nieve y estarán obligados a hacerlo, a causa de la complejidad del terreno, cada vez que la metereología sea desfavorable.

Los responsables de la empresa encargada de ejecutar la actuación le han hecho saber al alcalde salense, José Manuel Menéndez, que la finalización de los trabajos de Salas-La Espina, prevista por Delegación de Gobierno para el segundo semestre de este año, estará condicionada a la pluviosidad que se registre en los próximos meses.

Los vecinos de Porciles se han convertido en testigos directos de una obra a la que le cuesta coger el ritmo. «Lo tienen complicado, lo arreglan por un lado pero se les viene abajo la ladera por el otro. Además, cada vez que llueve fuerte tienen que dejar de trabajar porque el terreno es muy arcilloso y no hay forma», explica un vecino, mientras pasea por los alrededores de la obra. «Yo ya no me creo los plazos que dan, el día que terminen no nos lo creeremos», añade entre el reproche y la desilusión.

Los argayos de Porciles exigieron un modificado a finales 2009 y provocaron un nuevo retraso en este tramo de 12 kilómetros, cuya apertura estaba prevista inicialmente para diciembre de 2008. Se dieron dos plazos posteriormente, primavera de 2009 y finales de ese mismo año, antes de la nueva aproximación: segundo semestre de 2010. La ejecución de la primera fase del tramo se remonta a 2005. Los trabajos fueron adjudicados a finales de 2004 por 64,9 millones de euros, que finalmente ascendieron a 68,4 millones. El plazo de ejecución que se manejaba en un principio era de 34 meses, pero el proyecto ha pasado por varios modificados que han ido ralentizando el ritmo de los trabajos.

En Porciles, parece que el tiempo se detuvo en 2009; desde entonces apenas se han registrado cambios ni avances. Las vacas campan a sus anchas por los alrededores del trazado mientras a los vecinos les cuesta mirar al futuro, al menos mientras no termine este duro invierno.

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