lunes, 26 de julio de 2010

Vaqueirada 2010 Aristebano

El valdesano Jorge Rodríguez y la gijonesa Isabel Monte se casaron en el Alto de Aristébano como manda la tradición y en medio de una multitud de curiosos
Isabel Monte empleó media hora en vestirse de novia y atusarse el atuendo vaqueiro. Pensaba en ese momento desde hacía días. Vestir de vaqueira no parecía tarea fácil. Pero lo fue. Lo hizo a las nueve de la mañana de ayer junto a su madre, Ana Vigil Martín, que más nerviosa que ella se empleaba a fondo para que la novia fuera la más guapa de la ceremonia.

A las nueve y media ya todo estaba listo en el hotel de Luarca donde durmió la pareja de novios vaqueiros, Isabel Monte Vigil y Jorge Rodríguez Gayo, los protagonistas del rito nupcial que cada año tiene lugar en la braña de Aristébano. Poco después de las once de la mañana, emprendían ruta desde la capital de Valdés a la braña, donde miles de curiosos esperaban la celebración de un festival con 52 años de historia y declarado de interés turístico nacional.

Arriba, en la montaña que une los concejos de Valdés y Tineo esperaban los familiares, vestidos algunos de vaqueiros, las autoridades y los bueyes y caballos encargados de llevar la dote y a los propios novios. También miles de curiosos que, un año más, abarrotaron por un día Aristébano para observar la tradición vaqueira. Sobre el mediodía, los novios ya acaparaban las miradas de las cámaras. "Por favor una foto", Y Jorge e Isabel se volvían sonrientes y se retrataban para que esa jornada se convirtiera en recuerdo en álbumes de fotos ajenos.

Casarse por el rito vaqueiro era para ellos un sueño, algo pendiente. Jorge tiene raíces vaqueiras y sus padrinos de nacimiento ya se casaron en este festival hace años. Ahora, 'tocaba' repetir a alguien de la familia. El ayer novio vaqueiro se preguntó hace un año porqué no a él. Su novia, gijonesa, apoyó la idea. «Yo también quería algo diferente».

Así que en un día de sol y calor, el último domingo del mes de julio como marca el calendario del festival, Isabel y Jorge se vieron vestidos de vaqueiros y con la intención de casarse al aire libre. También con el ajuar, con la cama de blanca ropa, la «bacenilla», unas piñas y las maletas, presidiendo una comitiva singular.

El paso de la procesión que recrea la llegada de los novios al lugar donde se casan, lo abrían Romero y Alegre, dos bueyes, que también "vestidos de gala" como decía su carretero, el salense Alfredo Sierra, acompañaban a los afortunados en una jornada también especial para los vaqueiros que con este certamen quieren ensalzar y hacer valer sus tradiciones. Seguidos de los bueyes, los vaqueiros mayores y de honor, y tras ellos los novios, montados en dos caballos: Lucero para ella, Caifás, para él. Todos recorrieron un pequeño camino, un caleya de la braña de Aristébano, para llegar al alto de la montaña donde esperaba, en la tarima preparada para la ocasión, el párroco Pablo Gutiérrez.

En torno a la una y media de la tarde daba inicio la misa y la gente se arremolinaba en la ladera de la montaña para ver el sí quiero, a los novios vestidos de vaqueiros. El tic tic de las cámaras de fotos no paraba de sonar. El Festival Vaqueiro y de la Vaqueirada llegaba a su momento crucial: la boda, el rito, la tradición.

La vaqueira mayor, Carmen Martínez conocida por todos como Carminina y también el alma de esta singular fiesta, daba paso a la misa: «El amor del Padre está con vosotros», dijo el cura a los novios. La misa, empezaba. Tras las oraciones, lectura y rezos obligados y de todo oficio religioso, a las 13.44 horas, Isabel y Jorge, gijonesa y valdesano, se dieron el sí quiero ante miles de personas.

«Muy bien», les animaba Pablo Gutiérrez, mientras dirigía la puesta de los anillos. Y poco a poco, la multitud se fue dispersando por la braña vestida de fiesta en el día más importante de su calendario, allí en la montaña que divide los municipios de Valdés y Tineo, cuyos alcaldes, Juan Fernández Pereiro y Marcelino Marcos Líndez, vestidos de vaqueiros, también dieron la enhorabuena a los contrayentes. Jorge e Isabel abandonaron la tarima y se dirigieron a una carpa instalada tras la capilla y en la que se sirvió el menú vaqueiro a base de empanada de carne, rapa, jamón asado, chosco cocido y natas vaqueiras. Tampoco faltó el café de puchero y las pingaratas de oruxo.

Uno de sus vaqueiros de honor, Óscar Luis Celada, médico de la selección española de fútbol, se mostraba feliz por haber podido estar en la fiesta y vestido para la ocasión de vaqueiro: «Hace más calor aquí que en Sudáfrica», país donde se celebró el pasado Mundial que ganó España.

Y mientras reía y advertía del «colorido» de la fiesta animaba a David Villa o a cualquier otro jugador de la selección a vestir el traje: «Estoy seguro que les quedaría genial»

Como a Jorge Rodríguez e Isabel Monte que para poner en broche final al singular acto público no duraron en darse un beso. Viva los novios.

El médico de la selección de fútbol, Óscar Luis Celada, se apuntó a la fiesta: «Hace más calor aquí que en Sudáfrica»

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