sábado, 6 de marzo de 2010

Tineo destaca por su belleza paisajística y su buen hacer en los fogones


Tineo presume de ser un concejo con una excelente cultura gastronómica. Los tinetenses tienen una marcada tradición chacinera y, entre los embutidos, el chosco (tripa rellena de cabecera de lomo, lengua, sal, pimentón y ajo, todo curado y ahumado) es el rey. Los restaurantes del municipio incluyen este plato en su carta de productos y a menudo como opción en los menús del fin de semana.
Para bajar la comida después de tan contundente banquete, no está mal darse una vuelta por el concejo. Una posibilidad es visitar los distintos museos -el del oro, en Navelgas o del arte sacro, en la capital, por ejemplo- para los que se vende una entrada única de 8 euros en la oficina de turismo. La web municipal (www.tineo.es) es muy completa y ofrece todos los teléfonos y direcciones necesarios.
Puestos a emplear el coche, merece la pena desplazarse hasta Gera (por la AS-217 en sentido Pola de Allande), desde donde se toma el desvío hasta el monumento natural del Carbayo de Valentín. Si el tiempo acompaña y hay pocos turistas en la zona, se disfruta mejor del rincón y de la tranquilidad que gira en torno al árbol, cuyo origen se remonta al siglo XII.
También merece la pena conocer la aldea de Tuña, cercana al embalse de Soto de la Barca (por la AS-15 hay que tomar una desviación a través de un puente que cruza sobre el río Narcea) y que pese a sus pequeñas dimensiones atesora ni más ni menos que ocho casas palacio. Si de algo presume Tuña es de ser la cuna del general Riego y de haber recibido el título de «Pueblo ejemplar» en el año 2000.

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